La actual Constitución de la República Bolivariana de Venezuela, aprobada en diciembre de 1999, manifiesta en su exposición de motivos que con ella el Estado intenta “crear un nuevo ordenamiento jurídico que permita el funcionamiento efectivo de una democracia social y participativa”. Veinte años después, estamos en condiciones de sobra para realizar una evaluación serena de lo que hoy se ha convertido el país, máxime tomando en cuenta que el régimen que lo propuso y refrendó no ha cambiado durante estas dos décadas. Democracia, social y participativa son las palabras claves que los legisladores emplean como eje fundamental para construir el “nuevo Estado”. Veamos sucintamente si son importantes.
«Democracia»: Es el “sistema político que defiende la soberanía del
pueblo y el derecho del pueblo a elegir y controlar a sus gobernantes”.
«Social»: Marca lo relativo a la sociedad humana. Una segunda
acepción se refiere a lo que “repercute beneficiosamente en toda la sociedad o
en algún grupo social”. Toda Democracia es social o no lo es.
«Participativa»: A nuestro modo de ver, esta palabra, como lo “social”
constituye nuevamente una redundancia del concepto de Democracia. ¿Puede haber
una democracia que no sea social o que impida la participación del ciudadano o
ambas simultáneamente? Entonces saque usted mismo la conclusión. Conociendo,
pues, la situación de la Venezuela que han construido los actuales gobernantes,
se pregunta: ¿Es soberano el pueblo venezolano? ¿Puede elegir libremente a sus
gobernantes? ¿Existe un Estado de Derecho? ¿Se hace verdadera política en
Venezuela o toda decisión es producto del estado de ánimo de sus dirigentes? ¡Pues
eso!
Leyendo las primeras líneas de la Carta Magna pronto se
intuyen las mentiras y trampas contenidas
en cada uno de los nueve títulos, sus
capítulos y sus artículos. No es necesario titularse de politólogo o
doctor en derecho para descubrir las verdaderas intenciones que albergaban
quienes redactaron la Ley Suprema de Venezuela. ¡Sólo paja y humo! Detrás del
telón de palabras y frases bonitas se evidencia ideología pura y dura. No
obstante, para los más escépticos, suponiendo que lo dicho no convence, pues
entonces apelo a las siguientes evidencias que no se pueden ocultar; esto es, a
lo incontestable que esa “ingeniería social” al que ha estado sometido
disimuladamente todo el país durante estos años.
¿Cuáles
son esas evidencias? Veremos en lo que se ha convertido el tan ansiado “viaje”
en pos del “mar de la felicidad” prometido por el régimen “socialista” que
nació en 1999, y sugerido por los resabiados asesores españoles y cubanos. Abusaría
de mis caras amistades si las enumerase todas; baste sólo destacar algunas:
1.
Actualmente, los Poderes Públicos Legislativo, Judicial, Ciudadano y Electoral
se encuentran secuestrados por el dictador que preside el Poder Ejecutivo. Allá
se hace lo que manda el dictador. Para los recién llegados, conviene advertir
que esto no ha sido cosa de un día para
otro: más bien de un proceso gradual, lento y muy bien estructurado. La
“metáfora de la rana hervida” sirve de ejemplo para explicar el exitoso “fagocitamiento”
progresivo que concentró en el Ejecutivo TODOS los demás poderes, circunstancia
que encontró en la mayoría del pueblo una pasividad enfermiza. Adicionalmente corresponde
recordar que, aunque la actual Constitución fue hecha a la medida del régimen
liberticida del momento, lo fue como “medio de transición”. Pasados 20 años, se
hizo necesario migrar hacia una “nueva” Constitución, mucho más blindada, la
cual se está cocinando desde 2017, a pesar del claro rechazo de la oposición a
la convocatoria que hizo Nicolás Maduro a una nueva Asamblea Nacional
Constituyente, sin consultar al pueblo venezolano, de acuerdo a lo establecido
en la Constitución vigente.
2.
La situación actual del país ha llegado a niveles insostenibles debido
a una mega crisis generalizada que abarca lo económico, social, institucional y
político desde sus mismas raíces. TODO, absolutamente todo, está corroído por
el cáncer socialista que ya está bien sumergido en el comunismo más riguroso y
cruel. ¿No fue el mismo creador del marxismo quien aseguró que el socialismo es
el primer escalón hacia el comunismo? Pues sí, Carl Marx dixit. Tarde se ha
dado cuenta el pueblo venezolano de la gran mentira en que han caído y por lo
que se ve ya no hay libre apoyo al régimen, salvo el que ofrecen los que se
benefician de él. Las Fuerzas Armadas se encargan de mantener ese estado de
cosas y el gobierno emplea todo tipo de medios para controlar la conducta del
venezolano, entre ellos, ser reconocido como el supremo benefactor que procura
alimento, ofrece salud, empleo, educación, protección vital, y servicios
básicos como electricidad, aseo, agua, telefonía, radio, televisión, ocio y
tiempo libre, etc. sólo para los que lo apoyan. Ahora mismo, DirecTv ha cesado
sus transmisiones y abandona el territorio nacional.
3.
Las estrategias fundamentales para someter a los ciudadanos y alcanzar
el control de sus vidas se resumen en esto:
-1) Destruir
la autoestima de las personas: Para qué esforzarse -piensan muchos- si haciendo
nada alcanzaré lo mismo que el que estudia, trabaja, se sacrifica, etc. Muchos
recordarán que, desde los mismos inicios, el
régimen regaló pisos, casas, todoterrenos, electrodomésticos, bolsas de
alimentos y bebidas alcohólicas a los que acudían a las concentraciones
rojas y dinero a los que apaleaban a la oposición.
-2)
Ideologizar desde temprana edad: Los niños que nacieron con el actual régimen
ahora tienen 20 años. Adivine qué tienen hoy esas personas en sus cabezas. ¿Le
parece familiar el denominado “pensamiento único” y el “apoyo ciego”?
-3)
Culpar a terceros: Si el ciudadano se percata de que algo lo perjudica o va
mal, la culpa es del “imperio”, o de la oposición, o de los “escuálidos” de la
clase media y rica…
-4)
Señalar y denigrar al opositor: Quien critique al gobierno o a sus
instituciones es un traidor a la patria, y como tal, debe de ser perseguido,
sometido él y sus familias, encarcelado y “reeducado”. Se trata de una
reeducación es “muy especial”, ya que por lo general supera con creces la suma
de los años que empleamos para cursar primaria, secundaria y universidad. Si se
trata de un ciudadano impoluto, todavía existen otros medios para someterlo:
sembrarle drogas, armas o acusarlo falsamente de algún delito, sobre todo de
terrorismo. Por supuesto, los que hemos emigrado, rechazando públicamente el
régimen de matones caemos en esta infame categoría y, por lo tanto, no tenemos
derecho a pensiones, ni a renovación de pasaportes, ni...
-5)
Sembrar terror: Cuando se persigue a algún individuo enemigo del régimen, se
debe hacer lo posible por amedrentar a familiares, amigos y vecinos. Para ello
se emplea una fuerza desmedida a través de los numerosos cuerpos de seguridad
(los anotaré en minúscula por mi rechazo hacia ellos): policías del estado,
servicios de inteligencia y prevención, seguridad nacional, fuerzas de acciones
especiales, guardia del pueblo, policía metropolitana, operación liberación del
pueblo, plan bratton (¿?), policía migratoria, policía nacional bolivariana,
universidad nacional experimental de la seguridad, armadillos (vehículos
blindados), cuerpo de alguacilazgo, cuerpo de investigaciones científicas,
penales y criminalísticas, y un largo etc.
-6)
Emular al opositor: Si la oposición organiza una manifestación, el régimen
azuza la suya, asegurándose de que coincida día y hora y, si es posible,
infiltrará sus partidarios en ambas concentraciones para iniciar las
provocaciones de rigor. Por supuesto, estos colectivos son pagados con dineros
del Estado que, por cierto, alguna ministra se atrevió a decir que ese dinero
no era de nadie (¡!). Mientras tanto, otros agentes del gobierno, de manera
furtiva, hacen fotos y vídeos de los asistentes.
-7)
Estimular el envío de remesas de dinero que los emigrantes realizan a favor de
sus familiares que no han podido salir. En efecto, se estima que para este año,
2020, esas remesas totalicen unos 6 mil millones de dólares, nada menos que el
6% del PIB de la nación (en 2019 fue de 3,5%, unos 4 mil millones de dólares,
una media de 150 US$/mes /habitante). La inflación en Venezuela alcanzó el año
pasado 7.500% (para que usted compare, la de España fue de 0,79%). No, no es
error de coma, en Venezuela fue así como lo leyó: ¡siete mil quinientos por
ciento! Gracias al régimen, los venezolanos deben pagar los bienes y servicios,
incluyendo los de primera necesidad, 3, 4 o 5 veces más el precio que pagamos
en Europa.
-8) La
nefasta situación en Venezuela ha traído como consecuencia que millones de
venezolanos hayan salido de su patria. Según datos de ACNUR (2019), más de 4,7
millones de venezolanos refugiados y migrantes recorren el mundo huyendo del
infierno en que el régimen ha convertido uno de los países más ricos del
planeta. De ellos, 760 mil son solicitantes de asilo político. Más de 2
millones viven bajo otras formas legales de estadía en países de Latinoamérica.
Piénsese que entre 1948 y 1961 Venezuela recibió unos 920 inmigrantes,
principalmente españoles, italianos y portugueses. Pregunta: ¿Están equivocados
los casi 5 millones de personas que han podido salir?
Este es el resultado de la exquisita “política” aplicada en un país que se creía
inmune a las garras del marxismo y cuyos gobernantes se han declarado
abiertamente social-comunistas. La vida del pueblo dentro de un régimen tal se
convierte en una especie de “faena” en un coso taurino. En apariencia, sólo en
apariencia, todo es fiesta y jolgorio (algo así como la que imponía la estrategia
romana imperialista “panem et circenses” (“pan y circo”), para mantener tranquila y abobada a
la población. Pero internamente no es tal cosa, sino el más desalmado
desprecio al pueblo. ¿No dijo aquel que fue asesor de lujo del régimen durante
varios años que “nos conviene la crispación”? Conozco también otras perlas de
algunos otros genios “asesores” de aquella manada de forajidos, pero no las traeré
para no abusar de mis lectores. Amigo, “a mí que no me vengan con cuentos, que
yo sé historias”. Pues eso.
Resumiendo:
¿Qué gana el espectador? ¡Nada! ¿Qué pierde? ¡TODO! Quien se crea que a él no
lo cogerá el toro, que se asegure bien detrás de las defensas pero que se
prepare por si aparece alguna sorpresita, porque algunas veces la fiera es
capaz de saltar las barreras y logra embestir a quienes están detrás del callejón
y burladeros del coso, e incluso es capaz de alcanzar a los confiados e “inocentones”
en las mismas gradas.
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