domingo, julio 31, 2011

ORACIÓN POR MI OIKOS



«No sabemos si estamos destinados a ser río caudaloso, o si hemos de parecernos a la gota de rocío que envía Dios en el desierto a la planta desconocida. Pero, más brillante o más humilde, nuestra obligación es cierta: no estamos destinados a salvarnos solos».

(Beato Mosén Sol)

Oh, Señor, que tu Santo Espíritu me ayude a edificar
un hermoso árbol en mi vida y en mi corazón,
que, más que alto, que sea ancho…
Un árbol, en cuyas ramas estén inscritos
los nombres de todos mis familiares y amigos,
vecinos y lejanos, presentes y ausentes, viejos y nuevos.
Los que veo a diario y los que veo a veces;
los que me acuerdo siempre
y los que olvido con frecuencia;
los que están conmigo en tiempos difíciles
y los que tengo a mi lado en momentos felices;
los que yo he lastimado y los que me han hecho sufrir.
Los que conozco profundamente
y aquéllos que sólo conozco en apariencia.
Los que me deben algo y a quienes les debo mucho.
Mis amigos y mis no tan amigos.
Y de todos aquéllos que ya han pasado por mi vida.
Que esos nombres nunca salgan de mi corazón y de mis oraciones.
Oh mi buen Dios, ayúdame a construir ese árbol,
con raíces profundas y ramas muy grandes.
Que crezca y dé frutos unido a ese gran árbol que es Cristo, tu Hijo,
y a muchos otros árboles, de mi barrio y del mundo entero.
Y, juntos, procuremos agradable sombra y provecho,
a todos aquellos que necesiten de ayuda, amistad
o de un simple descanso en las duras luchas de la vida.

AMÉN.

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