lunes, julio 21, 2014

COLECTIVOS



En Wikipedia encuentro el siguiente significado de "colectivo": “Grupo de personas que comparten objetos de interés o que trabajan juntas, pero que no necesariamente tienen un objetivo en común”.

En Venezuela, los colectivos se autodenominan "unidades paramilitares al servicio del chavismo".

Son respaldados y protegidos por altos personeros del régimen, los cuales les brindan financiamiento, motocicletas, equipos diversos y armas para intimidar y atacar a los opositores del régimen. Iniciativas de cooperativas de “mototaxi” terminaron convirtiéndose en colectivos armados.

Estos grupos han sido empleados por los sistemas de gobierno más perversos que ha conocido el siglo XX como el comunismo, el fascismo y el nazismo, los cuales emplearon grupos de "colectivos” para mantenerse en el poder. 

En estos siniestros sistemas hay tres elementos comunes que los caracterizan: 1) uso de la violencia para destruir a sus opositores, 2) aspiración de un único partido político y 3) exaltación de la figura del líder. Los ejemplos son claros: la Unión Soviética de Lenin, Stalin y Jrushchov, la Italia de Mussolini, la Alemania nazi, la China de Mao, la Cuba de los hampones Castro y Che Guevara, la Corea del Norte del no menos sanguinario Kim Jong-un y otros funestos regímenes repartidos por todo el orbe, que difícilmente serán olvidados. Ahora lo vemos repetido en la Venezuela actual.

Pero no han sido los regímenes más oprobiosos de los siglos XX y XXI quienes inventaron el bárbaro recurso de los “colectivos”. En la práctica, los encontramos en todos los sistemas políticos vejatorios de los derechos humanos.

Los vemos, incluso, actuando en el relato de la aprensión de Jesús en el Huerto de Getsemaní. Veamos lo que dicen las Escrituras:

«Todavía estaba hablando [Jesús], cuando llegó Judas, uno de los Doce, acompañado de un grupo numeroso con espadas y palos, de parte de los sumos sacerdotes y los ancianos del pueblo» (ver Mt 26, 47; cf. Mc 14, 43; Lc 22, 47; Jn 18, 3). 

Este “grupo numeroso” constituía una milicia ilegal, armada de bastones y espadas, dirigida por los sumos sacerdotes y el Sanedrín (especie de cuerpo judicial). Estos “colectivos” aparecen aquí junto con los líderes judíos (fariseos y saduceos), los cuales eran los representantes de las familias más acomodadas de la ciudad. Ven en Jesús el peligro de perder el prestigio ante el pueblo. El resto de la historia seguro que la habrán oído en las diversas liturgias de Semana Santa. Amigo lector: ¿no te parece familiar la imagen?

Hablamos, pues, de que los “colectivos” son un grupo de facinerosos dirigidos por representantes y simpatizantes del régimen para intimidar y arremeter contra los opositores. Este grupo de bandoleros, enmascarados con pañuelos de color rojo o azul, nació en Venezuela al comienzo del mandato de Chávez, a partir de la liberación de centenares de delincuentes comunes y criminales que se encontraban en prisión. Éstos fueron liberados para “acompañar” el proceso constituyente. Chávez llegó a llamarlos el “Brazo Armado de la Revolución”. Para nadie es un secreto que han recibido y reciben de parte del gobierno venezolano (asesorados por cubanos), formación ideológica e instrucción en operaciones de guerrilla urbana.

En muchos lugares donde la policía no se atreve a ingresar, se desempeñan como “funcionarios policiales”, fiscales e incluso jueces, tomándose la ley en sus manos.
Los colectivos reciben fondos directos del gobierno, disfrazados de ayudas sociales, a través de alcaldías bajo control del régimen e, incluso, de la propia PDVSA.

No es difícil prever que esta gentuza terminará por enfrentarse a sus “amos” porque cada vez les exigirán más: más dinero y mayores cuotas de poder... 

Cuando esta pesadilla termine (porque terminará), estos forajidos y sus líderes deberán ser enjuiciados y castigados con todo el rigor que permitan las leyes. Los juicios al chavismo y a sus adláteres debieran ser ventilados en público.



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