lunes, julio 21, 2014

VASO, CANAL O FUENTE



San Alberto Magno sostenía que existen tres géneros de plenitudes: la plenitud del VASO, que retiene y no da; la del CANAL, que da y no retiene, y la de la FUENTE, que crea, retiene y da. ¡Qué imagen tan bella! Jesucristo -pienso- debió ser así ¿verdad? Él era (es) la fuente que brota inextinguible, el agua que calma la sed para la vida eterna. Él es el modelo a seguir; Él nos enseñó que debemos "ser" para los demás. Incluso "gastarnos" por los demás, hasta que "duela", como lo hacen las madres y los padres por los hijos. Incluso para satisfacción personal. 

Dice Bill Gates que "invertir en los pobres trae recompensas", y añade que “es tan excitante como cosechar éxitos en el ámbito de los negocios, ¡y más significativo!” Los ricos y los pobres mueren. No hay diferencias. Tal vez la única certeza que tiene el hombre cuando nace sea ésta: que un día, más tarde o más temprano, su vida se extinguirá. De modo que, no importa cuánta fortuna se haya acumulado o cuánto poder se ha tenido; nada de eso se lleva al más allá. 

Lo importante es qué clase de plenitud nos ha caracterizado en vida terrenal. Ojalá siempre sepamos ser "fuente" para uno mismo y para los demás, imitando a Jesús, que es la Fuente de bondad, de desprendimiento, de salud y de Gracia por antonomasia.

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