lunes, julio 21, 2014

LA CAPACIDAD DE APRENDER DEL SER HUMANO


Qué gran agudeza la de Einstein! 
Me hizo recordar a un santo sacerdote que conocí hace años. Él decía que cada criatura ha sido dotada de una especificidad; así, de una mata de mango no se pueden esperar cemerucos (una especie de cereza en Venezuela); tampoco una planta de margaritas puede producir aguacates; ni una gallina puede dar leche... 

Así, los seres humanos tenemos variados grados de raciocinio, de inteligencia, de carácter, de bondad, reciedumbre, de habilidades diversas, destrezas varias... por eso no hay dos personas iguales. 

De ahí que sea tan necesario hoy desempolvar el concepto de "vocación". El que se ocupa a lo que su vocación lo lleva, disfruta de lo que hace. Hasta el trabajo más ingrato lo desempeña con alegría. 

Un consultor de empresas siempre me recordaba: desde el punto de vista de la eficacia, por regla general no hay malos trabajadores; sino personas mal ubicadas. Otra cosa, en un sentido general, los jóvenes siempre tienen vocación de futuro.

No hay comentarios: